Boa. No se trata del órgano de publicación de las leyes en Aragón. Se trata de la boa constrictor que apareció el día 12 de enero en Zaragoza. Mide dos metros y fue abandonada a orillas del Ebro.

El pasado sábado, los servicios municipales recibieron un curioso aviso del 112. Al parecer, un ciudadano, que paseaba cerca del parque deportivo Ebro, había visto un reptil de grandes dimensiones entre unos matojos de alfalfa. Según la descripción hecha en un primer momento, el reptil medía más de metro y medio, y su piel estaba surcada por formas triangulares.

 Los agentes forestales de Zaragoza no tuvieron duda alguna. "Se trataba de una boa constrictor", cuenta uno de los operarios que participó en la captura. Según la persona que la encontró, estaba muerta. "Sin embargo, cuando llegamos, comprobamos que lo que sucedía era que estaba a punto de morir de hipotermia, estaba muy débil, pero aún vivía", cuenta el agente.

La boa constrictor es natural del sur y del centro de América. Por ello, los agentes forestales dedujeron que la encontrada en las ribera del Ebro había sido traída a través del comercio de especies de fauna exótica. Por las noches estos animales no deben bajar de una temperatura ambiental de entre 22 y 24 grados, por ello las posibilidades de supervivencia en libertad eran mínimas. Así, es normal que un animal procedente de un clima tropical no soporte las temperaturas del clima aragonés

"Una vez recogimos al animal, lo trasladamos a nuestras dependencias donde le dimos calor, hasta que la serpiente se recuperó", cuentan los forestales, "seguramente llevaba menos de dos horas abandonada, por eso es imposible que escapara dado que no hay viviendas alrededor, era un lugar alejado del núcleo urbano y encontramos marcas de neumáticos que indicaban que la habían llevado allí para deshacerse de ella", añadió. Según el operario, el animal fue abandonado seguramente debido a su gran tamaño o a un posible intento de ataque. La ley establece multas por el abandono de animales potencialmente peligrosos, y, en este caso, el dueño podría haber obtenido una sanción de hasta 15.000 euros.

Ni en Zaragoza ni en Aragón existen centros adecuados para este tipo de reptiles, debido no sólo a los cuidados específicos que precisan, sino, sobre todo debido al clima. "Nosotros la ayudamos a sobrevivir al encontrarla y la hemos mantenido; no podemos hacernos cargo en el centro de recuperación silvestre, pero nos hemos puesto en contacto con otra instalación donde se podrán hacer cargo de ella", comentan en el servicio forestal. Por eso la boa será hoy trasladada hasta Masquefa, una población cercana a Barcelona. Allí la esperarán para darle cobijo en el Centro de Rehabilitación de Anfibios y Reptiles de Cataluña, único en toda España.